jueves, 24 de mayo de 2012

ENCONTRANDO A DON QUIJOTE DE LA MANCHA... en el Campo de Montiel


Encontrando a don Quijote

La crítica, intentando hallar personajes  reales  en los que Cervantes pudo basarse para pergeñar su héroe, ha buscado individuos de la época que tuvieran un nombre parecido o se comportaran de forma extravagante. Se ha hablado así de un pariente de doña Catalina de Salazar, esposa de Cervantes, procedente de Esquivias, y llamado Alonso Quijada. Se ha especulado acerca de un conquistador excéntrico, buscador de El Dorado y hombre de letras, llamado Gonzalo Jiménez de Quesada. En Argamasilla de Alba se le ha identificado con un hidalgo demente llamado Rodrigo Pacheco; pero ninguno de ellos resulta un candidato convincente. 

No se puede generalizar acerca del carácter de don Quijote, puesto que su personalidad evoluciona notablemente a lo largo de la novela. Por lo tanto no es una realidad inmutable, sino que su existencia va definiéndose en un continuado proceso de autorrealización.

 Y así se nos presenta inicialmente como alguien “de quien hay opinión por todos los habitadores del distrito del Campo de Montiel que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte se vio en aquellos contornos.  (Parte I, Prólogo).




El último documento  encontrado en los Anales de la Historia, que podría tener relación con el personaje, es un pleito contra un vecino de Villanueva de los Infantes entre 1520-1523 llamado Juan de León, del que decían los infanteños “tener el celebro seco de poco dormir”, los testigos que se llamaron dijeron “ser hombre educado, pero su locura y extravagancia en el vestir junto al manejo de las armas para deshacer entuertos o desavenencias entre los vecinos, vestía de forma extravagante con calzas viejas ajustadas a las piernas y camisa vieja sobre ella una malla de soldado medieval vieja y rota, con una espada desnuda en una mano, y en la otra una ballesta armada y en ella puesta un rollón y un charcal, dando arengas a los vecinos..” ...condenado a destierro y cárcel por el plazo de tres años, durante este tiempo recorrió pueblos y ventas para poder comer, acompañado de otro vagabundo llamado Juan de Portillo, siendo prendido a las orillas de Villanueva de los Infantes..”.

           
Pleito o apelación iniciado por una tía de Juan de León para dar justicia a su sobrino, por no haber hecho delito público ni secreto, contra Juan de la Cueva, alcalde mayor que fue de este partido del Campo de Montiel, el cual mandó ahorcar sin quererle oír descargo alguno, haciéndolo sin justicia con poco temor de Dios y del oficio que representaba. De esta manera la Justicia fue temida, la cual antes de su muerte era muy menospreciada e tenida en poco... e con la muerte de Juan de León quedó en paz y sosiego en toda la provincia, por ser un hombre malviviente, e sedicioso e alborotador…

Hay autores que sostienen que Cervantes lo que se proponía era escribir una novela corta, no la dividió en capítulos y conforme su imaginación iba elaborando el personaje y acondicionándole aventuras hasta darle las proporciones de una novela de caballerías.  No tiene un plan previo, sino que se va haciendo a tientas, en constante invención, incluso cuando el autor rectifica el orden de los episodios, en busca de mayor lógica y armonía. El héroe mismo es algunas veces un frenético, demasiado delirante, con pintas de estrafalario y ridículo, confuso algunas veces en la mente del autor. En consecuencia pudiera ser que algunos epígrafes resultan forzosos o mal colocados y aún sin relación con el texto.

En la edición anotada por Martín de Riquer del Quijote y leyendo el Quijote el capitulo XXV que Trata de las extrañas cosas que en Sierra Morena sucedieron al valiente caballero de la Mancha, y de la imitación que hizo a la penitencia de Beltenebros. Explica este autor: don Quijote decide suspender transitoriamente su vagabundeo y permanecer un tiempo en Sierra Morena, entregado a la penitencia y al desatino. Ello es un frecuente tópico de la novela caballeresca, en la que a veces el caballero, desesperado por desdenes amorosos o por cualquier otro motivo, se retira a la soledad de los bosques, donde no tan sólo se entrega a la oración, ayuno y disciplina (penitencia), sino también a cierta furia demencial, que le lleva a cometer toda clase de desatinos. Este tema ya aparece en la novela de  la literatura bretona Li chevaliers on lion (El caballero del león) de Chrétien de Troyes (finales del siglo XII); donde el protagonista Yvain, pasa largo tiempo en el bosque, en estado semisalvaje; junto a un ermitaño. Lo mismo ocurre en los viejos relatos sobre Tristán y Lancelot. Pero los modelos que más presentes tiene don Quijote son los de Amadís de Gaula y de Orlando el furioso. El primero desesperado porque su amada Oriana le ha ordenado que no vuelva a su  presencia, por creerle desleal, se retira a una especie de isla llamada Peña Pobre, donde había una ermita y toma el nombre de Beltenebros. Y así se entrega a la oración y a la penitencia y componía tristes versos.
                          
            En Orlando el furioso de Ludovico Aristo, escrito en 1516, -uno de los libros preferidos de don Quijote y por tanto de Cervantes-, cuenta que al enterarse de los amores de la hermosa Angélica con el negro Medoro, enloqueció y, medio desnudo, arrancó furiosamente árboles, enturbió las aguas de los arroyos, mató pastores y animales y realizó otros excesos. Don Quijote combina la penitencia del Amadís con la furia demencial de Orlando y no tan solo reza, suspira y escribe versos en las cortezas de los árboles, sino que da volteretas en camisa.
Cervantes conoce y ha leído prácticamente la literatura anterior a la publicación del Quijote, esto se percibe inmediatamente en la lectura de la novela por las numerosas referencias bibliográficas y de personajes que cita al hilo de la historia que narra. Él mismo declara en el Quijote: y como yo soy aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las calles… Pero es difícil pensar que tuviera la capacidad económica de reunir una colección de obras como la que describe en la novela, sabiendo que los libros eran muy caros en el s. XVI y XVII. Se estima que un 80% de la población en esos siglos era analfabeta y sólo tenían acceso a una cultura oral, adquirida a través de manifestaciones literarias transmitidas de viva voz, del tipo refranes, cuentos, canciones y romances, difundidos por anónimos individuos especialmente buhoneros y ciegos que, en su trashumancia, llegaban a los pueblos más apartados aprovechando las ferias del lugar. El otro colectivo del 20% pertenecía  a miembros de la nobleza, el clero, profesiones liberales, mercaderes y artesanos acomodados, y en general, gentes que gozaban de un status social de nivel medio alto. Pero aun éstos tropezaban con un grave obstáculo a la hora de desarrollar su posible afición a la lectura, no se contaba con bibliotecas públicas, pues tan solo existían colecciones privadas de libros, cuyos poseedores solían prestar a gentes de su entorno y confianza, pero que eran inaccesibles para el público en general..

El filólogo Martín de Riquer, declara que Cervantes evidentemente leyó mucho y era un gran lector. En sus obras se refleja una gran densidad de lecturas, y no sólo de novelas de caballerías, de las que tuvo que leer muchas porque sino no las hubiera satirizado con tanto acierto. Para él la primera parte es de inferior calidad que la segunda. La primera parte acontece en una España indeterminada, donde no pasa nada de particular: unos rebaños, un barbero que va de un pueblo a otro, unos alguaciles que llevan a unos condenados a las galeras, un oidor que llega a una venta. Lo que narra Cervantes en la primera parte pudo suceder en la Castilla del siglo XII o hasta en el siglo XIX. La segunda parte es un libro más comprometido.

Los estudios realizados sobre la novela del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, manifiestan que la Primera Parte debió de escribirse sobre 1597-1604. Apenas se sabe, no se ha investigado lo suficiente, o quizá no se ha dado con documentos sobre esta etapa de la vida de Miguel de Cervantes, se intuye que fue por esta época cuando estuvo por la Mancha y también cuando estuvo encarcelado.
Cervantes en 1587 obtiene el cargo en Sevilla de comisario de abastos para la Armada Invencible.  Su trabajo consistía en requisar  trigo y aceite de los particulares para avituallar a dicha flota. Se sabe que de 1587 a 1601 Cervantes recorría Andalucía como comisario de abastos primero y como recaudador de impuestos después. Cristobal Pérez Pastor lo situa  en 1594  haciendo un recaudo de trigo  y cebada en Villamanrique, por lo cual se vio obligado a enfrentarse con labradores y propietarios de tierras y conocer  a todo tipo de gentes en  ventas y caminos. Durante estos años vivió en las realidades buena parte de los temas que más adelante recreará como ficción, en las novelas ejemplares y en el Quijote.

Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿conocería don Miguel de Cervantes Saavedra, el pleito mencionado de Juan de León?, ¿escucharía esta historia contada por los lugareños? Según el documento, Juan de León era público y famoso en el Campo de Montiel. Después de setenta años, la historia de este personaje tan famoso se contaría de múltiples maneras. Desempolvados los viejos y carcomidos archivos, este hallazgo y las investigaciones posteriores que se han realizado por las distintas Universidades dan bastante luz al tema de Cervantes y de don Quijote, también  su relación con el Campo de Montiel. El hecho pudo quedar grabado en la imaginación popular.

Para algunos lugareños, Juan de León sería un héroe, para otros un rufián o villano en una villa donde por la época que se engendró el Quijote –en una cárcel- había en Villanueva de los Infantes cuarenta casas de hijosdalgo y también cárcel. De la cual nada se ha investigado, por lo tanto todavía quedan bastantes líneas abiertas y posibles interpretaciones.




Cervantes pudo ir en busca de un modelo para su Quijote, y no pretendió limitarse a relatar un caso acontecido. Al describir el lugar de la Mancha y al crear al protagonista principal de la novela, y otros personajes paisanos del protagonista; estaba tomando aspectos de la vida real, como el lugar, nombres y quizás la existencia de algunos de ellos. Gabriel Tortella afirma que casi todas las grandes novelas son autobiográficas en medida considerable. Cervantes y su familia fueron injusta e ignominiosamente encarcelada con motivo de una muerte violenta que ocurrió cerca de su casa; no había el menor adarme de evidencia contra ellos, pero parece que se les echó la culpa por ser pobre gente, para exonerar al verdadero culpable, que era alguien de mayor relieve o mejores condiciones sociales. Antes de ese suceso, en 1569, a la edad de 22 años, Cervantes abandonó apresuradamente España y huyó a Italia, sin duda para escapar de la sentencia instruida en su contra. Dicha sentencia dice:

…Sepades que por los alcaldes de nuestra casa y corte se ha procedido y procedió en rebeldía contra un Miguel de Cervantes, absente, sobre razón de haber dado heridas en nuestra corte a Antonio de Sigura, andante de esta corte, sobre lo cual el dicho Miguel de Cervantes por los dichos nuestros alcaldes fue condenado a que, con vergüenza pública, le fuese cortada la mano derecha, y en destierro de nuestros reinos por tiempo de diez años, y en otras penas contenidas en la dicha sentencia"

 Algunos de sus protagonistas principales pudieran ser trasuntos de personajes históricos a los que Cervantes conoció personalmente o de los que recibió un testimonio exacto.
                                               
                                                     Mª Angeles Jiménez García


Publicado en Balcón de Infantes abril, 2008

2 comentarios:

  1. Precioso trabajo , muchisimas gracias por tu aportacion , a esta tan preciada investigacion.
    Yo sigo pensando , como decia Nicanor Parra (en su discurso a traves de su nieto):
    Un neurotico bien administrado puede rendir el triple, y Cervantes administro mas o menos , la vida y obra de Don Quijote.
    Angel Gigahel
    Muchas gracias.

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